De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (2012, p. 2) la pobreza es “una condición humana que se caracteriza por la privación continua o crónica de los recursos, la capacidad, las opciones, la seguridad y el poder, necesarios para disfrutar de un nivel de vida adecuado y de otros derechos humanos”.
En consecuencia, la pobreza extrema es “la combinación de escasez de ingresos, falta de desarrollo humano y exclusión social” (ONU, 2012, p .2). Por ello, las personas en situación de pobreza o pobreza extrema viven una constante y persistente insuficiencia de seguridades básicas, que afectan de manera determinante las probabilidades de restaurar los derechos humanos perdidos; a lo que ONU describe como un problema urgente porque es una condición que propicia otras vulneraciones y violaciones.
Esto implica que una persona en tal situación difícilmente puede afrontar las complicaciones descritas por sí solo, ya que la complejidad multifactorial lo impide.